Este es un blog de denuncia. La bitácora tiene por objeto hacerme oír y denunciar públicamente el atropello y la discriminación que estoy padeciendo desde el año 1997 originadas por la Administración Pública y la "Justicia" en nuestro supuesto Estado de Derecho. Lo que me está ocurriendo puede pasarle a cualquier persona. Recoge unas terribles vivencias con la esperanza de lograr salir de ellas algún día y de que sirva para evitar el que nadie más las sufra.

Aviso y bienvenida

Te doy la bienvenida. Soy Isabel Corral y, muy a pesar mío, este blog irá un poco a trancas y barrancas por mi inexperiencia y a causa, sobre todo, de los obstáculos que debo salvar cada día en mi lucha por la supervivencia, amén de que no tengo Internet y dependo de lugares públicos gratuitos. Si quieres contactar conmigo hazlo a la dirección de correo icorral.jam@gmail.com

miércoles, 20 de octubre de 2010

Otra vez maravillosa Internet

Acabo de leer un correo que me ha emocionado profundamente. Me lo ha enviado Pedro Taracena, un fotógrafo que sufrió con entereza aunque poca paciencia mi ataque con una cámara compacta en un taller de fotografía en el que coincidimos ambos hace ya catorce años.

Yo me estaba recuperando de una intervención quirúrgica por un cáncer en la columna, con afectación medular. Como apenas podía andar y mi cámara profesional me resultaba muy pesada, en aquel tiempo estuve utilizando una cámara compacta, que me permitió seguir experimentando por otros caminos y que creo que fué la mejor medicina para mi recuperación. Con ella entré en quirófano, y con ella hice un trabajo durante mi estancia en el hospital... Me apunté a todos los talleres de fotogarafía que se impartieron aquel año en la Real Sociedad Fotográfica a los que también acudí con mi pequeña cámara compacta. Allí conocí a Pedro. Después de tantos años, Pedro me ha encontrado hace poco a través de Internet, maravillosa Internet. 

El correo recibido y, que me consta que ha remitido a otros colegas, es del siguiente tenor: "ISABEL CORRAL JAM, es una fotógrafa que en su día perteneció a la REAL SOCIEDAD FOTOGRÁFICA, fue contemporánea de Antonio Tabernero, quien le dio un curso "Del retrato al autorretrato", junto a Antonio Alay entre otros. Ahora se encuentra en aprietos y un simple mensaje, quizás, le haga sentirse menos sola..."

Y mi respuesta: "Querido Pedro, acabo de leer tu correo, que me ha sorprendido enormemente. ¡No sabes cuánto te lo agradezco!...
Te cuento que a pesar de mi crítica situación, como te puedes imaginar, yo no puedo dejar la fotografía ya que es mi vida.
Como la fotografía digital no cuesta dinero estoy realizando un proyecto de un año de duración con el teléfono móvil, que comencé en enero y que debería terminar en diciembre. Empleo la palabra "debería" porque me ha ocurrido un gravísimo percance con el disco duro en el que estaba guardando las fotografías de dicho proyecto (contenía entre otros archivos importantes, OCHO MESES DE TRABAJO). Verás, te voy a explicar lo ocurrido por si se te ocurre o sabes de alguna solución. Había instalado dicho disco mediante el programa "Dynamic Drive Overlay" para engañar al ordenador debido a que no reconocía toda su capacidad. Como consecuencia de conectarle hace unos días un disco duro externo de 1,5 TB para hacer la copia de seguridad, el ordenador sufrió "estrés" y ha "petado". Ante mi espanto, al desconectar el disco instalado con Overlay, se le han borrado las particiones y ha quedado sin formato. Como puedes imaginar esto es lo peor que me ha podido ocurrir, más que mis circunstancias derivadas de la indigencia, y me tiene desesperada. He acudido a un servicio técnico en donde me han dicho que recuperar los datos me costaría 1.500€. Como no tengo ni uno, estoy buscando alguna posible solución técnica alternativa que pudiera hacer yo misma a través de Internet y pateándome Madrid..."

viernes, 8 de octubre de 2010

Sor Damiana, algo más sobre su personalidad

Quiero añadir algo más sobre Sor Damiana, porque creo que su gran personalidad lo requiere y que ayer olvidé mencionar. Un día, por azar, al dirigirme al despacho de mi Trabajador Social, Antonio, pasé por delante de la puerta entreabierta de otro, y, ¿qué fué lo que llamó mi atención?: la imagen de Sor Damiana sentada frente a un ordenador. Sí, sus 85 años, hoy lo he sabido, no son obstáculo para trabajar en un ordenador y moverse por Internet. Además, sus ojos, con los que también nos controla a todos en el comedor, no necesitan gafas.

jueves, 7 de octubre de 2010

Con agradecimiento

Menos mal que mis malos augurios del pasado día 21 no se han cumplido. De modo que voy a contaros lo que he hecho hoy, 29 de septiembre, en mi circunstancia de indigente y que, aunque aparentemente pueda resultar banal, para mí es muy importante, porque es mi supervivencia.
Ha habido Metro y esto me ha permitido llegar al Comedor. Las personas que, como yo, vamos al Comedor Social del Programa Integral San Vicente de Paúl, de las Hijas de la Caridad, en Madrid, hemos tenido un día normal, felizmente, con acceso también a todos los demás servicios del Centro: duchas, lavandería, Centro de Día... A pesar de las dificultades, que imagino que han debido de tener las monjas para darnos de comer en este día de huelga, no nos ha faltado de nada. El menú ha consistido en ensaladilla rusa o judías pintas, a elegir. De segundo plato huevos duros o medio queso pequeño tipo holandés y chopped. Esto último es muy de agradecer porque me sirve para hacer el bocadillo de la cena durante varios días. Me he llevado una alegría cuando, a la salida, he recibido el dulce regalo de un bote de leche condensada. Hace siglos que no la pruebo. Sor Damiana explicaba con una sonrisa las bondades del regalo a algunos de los compañeros africanos que daban vueltas al moderno envase sin llegar a entender su contenido, pues éste les llevaba a engaño. Eso me recordó que, antes, mientas esperaba mi turno para coger el tique de la ducha oí a alguien comentar que le habían dado en el comedor algo que le parecía que era jabón. Al decirle yo que era imposible que en el comedor dieran jabón, me contestó "bueno... lo oleré antes".
Al Comedor acuden muchos musulmanes, y las monjas, que son muy respetuosas con su religión, cuidan de que puedan tener una alternativa a los productos del cerdo. Y eso que somos más de quinientas las personas que allí vamos a comer a diario.
Sor Damiana, que tiene más de 80 años, es todo un personaje. Es enérgica y menuda, de penetrantes ojos azules y un tanto cascarrabias cuando se le agota la paciencia, lo que ocurre a menudo. Ocupa el puesto primero de la fila de voluntarios del mostrador por el que pasamos todos con nuestras bandejas metálicas, que se van llenando con el primer plato, el segundo y el postre, y que, a veces, casi se desborda con exquisiteces de Mallorca y Viena Capellanes. Yo tocaría las campanas cuando hay bollería, porque los bollos me vienen que ni pintados para el desayuno. Ésta del mediodía es la única comida que tenemos la mayoría de nosotros.
Desde su "atalaya" Sor Damiana nos controla a todos con las manos cruzadas apoyadas en el final del mango del enorme cucharón, ahora en reposo, que momentos antes utilizaba para servirnos el primer plato. Veo que hoy está muy contenta. Imagino que será porque todo ha salido bien. Al despedirme le digo algo que ahora no recuerdo, sólo tengo su imagen echada hacia adelante acercándose a mí, como en una confesión, para decirme en voz baja que es enfermera, que lleva cincuenta y cinco años trabajando con enfermos terminales y que eso le ha marcado un carácter particular, muy distinto al de las hermanas que están con niños añadiendo con orgullo "soy burgalesa y en la comunidad me dicen que soy muy ocurrente".
Os cuento todo esto porque para nosotros, indigentes, sin techo y demás personas en exclusión social es básico contar con un lugar donde poder comer y estar, y este comedor es el único que no cierra ningún día del año. Es cuestión de pura supervivencia cuando estás solo y no tienes nada.
Gracias al Programa Integral San Vicente de Paúl, de las Hijas de la Caridad, he conseguido recuperarme de la grave desnutrición a la que me condujo la Seguridad Social cuando en marzo del año 2002 dejé de percibir mi pensión de Invalidez, por enfermedad profesional. Os iré contando poco a poco todo lo ocurrido desde entonces y los motivos por los que dejé de cobrar, injustamente y de manera ilegal.
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